Dr. Armando Soberanes H.
Sin duda, uno de los principales problemas –o el principal– de las parejas inicia
en la cama, ¡sí, en la cama!
Pudiéramos pensar que los problemas económicos,
con las familias de origen, los laborales, o con los hijos, superarían a cualquier
conflicto matrimonial, pero en realidad no es así. Quizá podríamos poner a los
problemas económicos al nivel de los sexuales, con la salvedad que los primeros
se resuelven con mucha mayor facilidad y sin dejar secuelas, no así los sexuales.
Como no existe una clasificación mundialmente aceptada, propongo dividir
estos problemas para poder analizar con brevedad cada no de ellos. Sigmund
Freud postuló que todos los problemas de la pareja son inherentes a la sexuali-
dad, y pienso que no estaba tan alejado de la realidad.
Ordenaré los problemas aleatoriamente sin dar mayor preponderancia a nin-
guno.
Eyaculación precoz (temprana)
El hombre inicia su actividad sexual tempranamente, se “capacita” para mastur-
barse. Esta condición es normal y sana, pero cuando se inicia el coito, el hombre
necesita aprender a controlar su eyaculación con el fin de mantener más tiempo
la erección y satisfacer a su pareja, claro, en un concepto muy tradicionalista de
la sexualidad. De lo contrario, en 30% de los casos eyaculará antes de penetrar y
hasta en 75% lo hará dos minutos después de haber penetrado.
Para corregir esta condición hay que trabajar ampliamente los aspectos psi-
cológico y sexual, ya que la misma mina la autoestima de la pareja, desencade-
nando falta de deseo sexual, infidelidad y frecuentemente la disolución de la
pareja, entre otros graves trastornos.
Disfunción eréctil
Muy de moda en estos últimos años, negocio multimillonario de las compañías
farmacéuticas, y gran realidad de la humanidad desde hace mucho tiempo.
Afecta a 45% de los hombres después de los 40 años de edad, y de ahí continúa
su tendencia ascendente. Al igual que la eyaculación precoz, la disfunción eréctil
está muy relacionada con trastornos psicológicos y circulatorios, ambos contro-
lados mediante fármacos y otro tipo de tratamientos médicos y psicológicos, los
cuales amortiguan los trastornos psicomotores y coadyuvan al efecto farma-
cológico. Este problema ha tenido una solución altamente eficaz que ha hecho
felices a muchas parejas. La disfunción eréctil se puede prevenir con una vida
sana, apoyo psicoterapéutico especializado y las pastillitas que, bueno, ayudan
mucho.
Frigidez
Este término se utiliza para designar la falta de deseo sexual de la mujer y la
anorgasmia, resultando muy impreciso. Se describe a este trastorno como falta
del apetito sexual, la cual se presenta en hombres y mujeres. Como casi todas las
disfunciones y problemas sexuales de las parejas, tiene causales de tipo psicoló-
gico y de comportamiento.
En la mujer, esta falta de apetito sexual surge mucho en el climaterio y la me-
nopausia; en nuestra cultura, la mujer tiene inserto en el fondo de su sistema
límbico que una vez paridos los hijos y perdido para siempre la regla, el sexo se
acabó. Y esto quizás estaría bien para ella si no tuviera pareja, pero teniéndola,
abre la puerta a la infidelidad, a la homosexualidad dormida, y a una infinidad de
problemas con su pareja.
El hombre pierde su apetito regularmente en condiciones como pérdida del
empleo, pérdida de la erección, pérdida de su pareja, enfermedades, vejez, etc.
Pero casi siempre la recupera e insiste en retomar el sexo. Para los hombres en
general el sexo es el 80% de la vida.
Es difícil corregir la falta de apetito sexual; en nuestra sociedad es muy intensa
en la mujer después de los 40 años y mueve los cimientos de la pareja, llegando
a derrumbarla. La comunicación y la terapia son probablemente la única solu-
ción.
Impericia sexual
Origen de muchos de los trastornos mencionados, que nos recuerda que el sexo
debe practicarse para aprenderse; no es suficiente leer y prepararse, hay que
hacer. Un hombre nunca podrá lograr que su pareja tenga un orgasmo oral si no
aprende a hacerlo. ¿Cómo aprender? Haciendo. La posición sexual de la mujer en
nuestra sociedad en este aspecto es pasiva; sin embargo, cuando una mujer se
vuelve experta en el sexo, goza y hace gozar a su pareja intensamente y solidifica
su relación de forma muy importante. Haciendo y aprendiendo. Esto no quiere
decir que el que es experto en el sexo en sí garantice su sexualidad en la pareja,
ni su felicidad, y hay que practicar sexo cuando se esté listo.
Enfermedades relacionadas con la práctica sexual
La diabetes —pandemia en nuestra era—, la hipertensión, la obesidad y el VIH,
entre otras, son enfermedades relacionadas con trastornos de la sexualidad de
la pareja, que parecen no sólo afectar sino aniquilar el sexo entre sus integrantes.
La solución, amigos y amigas, es no padecerlas. Todas ellas son 100% preveni-
bles, sólo hay que querer hacerlo.
Mi conclusión es que es fundamental prevenir y atacar temprano los proble-
mas sexuales de la pareja. No hablarlos, hacer como si no ocurrieran, fingir felici-
dad y satisfacción y huir de ellos, sólo arruina la relación. La pareja es la base de
la familia, la familia es la base de la sociedad. La sociedad se está deshaciendo
porque la pareja se ha roto, ha roto a la familia y es el origen de la destrucción de
la humanidad como la conocemos en este momento. Cuando era adolescente
alerté a mi entorno sobre el ozono y el cambio climático, por lo que había leído;
no contábamos con Internet, fue hace 35 años más o menos. Fui el hazmerreír
por mucho tiempo. No olviden esto: “El fin de la pareja es el inicio del fin de la
sociedad como la conocemos”.